ð Señor concédeme la serenidad para
aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar aquellas que puedo,
y sabiduría para reconocer la diferencia.
ð Yo soy la radiante, brillante
presencia de Dios, sin limitación, sin tiempo ni edad,
sin impureza y sin
imperfección. Yo soy el océano de luz purísima donde tiene su vida
todo lo que
contacte mi ser. Yo soy el
sentir divino en mi cuerpo y en mi alma.
ð
"Gracias Padre que el día de hoy todo está cubierto".
ð Yo soy la presencia de Dios en mi trabajo,
en mi vida, en todos mis asuntos. Yo como hijo de Dios no puedo carecer de
nada, mucho menos de dinero cuando éste es el símbolo de la sustancia y la
abundancia de Dios en la tierra. Yo soy la riqueza de Dios. Yo soy la afluencia
y la abundancia de todo lo que yo pueda necesitar. Como es arriba es abajo y si
arriba tengo yo la paz y el orden, abajo no puedo tener angustia y desorden.
Arriba y abajo son una misma cosa. Gracias Padre que me has oído y siempre me
oyes.